En el gran escenario de la política mexicana, donde los actores llevan más maquillaje que en una película de terror, nos encontramos con un espectáculo digno de un circo. Ah, sí, esos venerables partidos que han estado en el poder como si fueran inquilinos eternos, ahora se han dado cuenta de que su imagen está más desgastada que una camiseta de un grupo de rock de los 80. Pero no se preocupen…!!! La magia del cambio está a la vuelta de la esquina… o eso dicen.

Los panistas, priistas y perredistas, esos viejos conocidos que parecen haber salido de una reunión del club de abuelitas, han decidido que es hora de hacer un «rebranding». Con una estrategia digna de un mago de feria, intentan borrar su nefasta imagen ante el pueblo. Es como si un zorro en pleno gallinero decidiera pintarse las plumas de colores y decir: «Miren qué lindo soy…!!!”

Y aquí vienen con sus discursos brillantes y promesas tan vacías como un bote de helado después de una noche de desvelo. “Vamos a cambiar…!!!”gritan con la misma convicción que un niño que promete no volver a comer dulces después de la primera mordida. Pero claro, no olvidemos que son los mismos que han estado en la misma silla por años, como si fueran parte del mobiliario patrimonial del país.

La ironía se vuelve grotesca cuando vemos cómo intentan hacernos creer que ahora son los defensores del pueblo. Oh, por favor…!!!Es como si un ladrón entrara a tu casa y luego te ofreciera ayuda para reorganizar tus muebles. «No te preocupes, yo sé cómo hacerlo mejor», diría mientras se lleva tu televisor.

Y en medio de esta tragicomedia política, nosotros, el pueblo, nos reímos entre dientes. Nos hemos vuelto expertos en ver cómo se disfrazan con nuevas etiquetas y slogans pegajosos. «Transformación», «Renovación», «Cambio verdadero». ¿Acaso alguna vez se detienen a pensar qué significa eso para nosotros…??? Es como si el mismo gato nos dijera que ha cambiado su naturaleza y ahora es un perro fiel…!!!

Así que aquí estamos, observando este teatro absurdo con palomitas en mano. Mientras ellos juegan a ser héroes y salvadores del pueblo, nosotros seguimos recordando sus tropelías pasadas. Porque aunque ellos intenten ocultar su historia bajo capas de pintura fresca, siempre habrá alguien dispuesto a rascar esa superficie y recordarles que son los mismos actores en esta obra sin fin.

Y así avanza el espectáculo político en nuestro país: lleno de risas, ironía y una buena dosis de sarcasmo. Así es la vida: que sigan intentando engañarnos mientras nosotros disfrutamos del show…!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *