Análisis Político
URGE DESPEDIR O INTERNAR A LOS MAESTROS LOCOS
Por Abel González Sánchez
Lamentablemente en varias escuelas, universidades y colegios de Colima podemos identificar rápido a los maestros y directores conflictivos con problemas mentales, que rayan hasta en la locura, su comportamiento es irreflexivo, agresivo e intolerante con los alumnos y si los nombran directores se convierten en prepotentes y autoritarios, lamentablemente hay poca legislación educativa para actuar al respecto creciendo los problemas con sus grupos asignados afectando la calidad educativa, cuando deberían despedirlos, medicarlos o internarlos en Ixtlahuacán por problemas mentales o psiquiátricos.
Las denuncias anónimas o frontales en las redes sociales sobre las actuaciones agresivas y abusivas de maestros y maestras son más frecuentes, pues hemos visto inclusive hasta videos que son grabados en los salones de clase con docentes que se comportan en forma violenta, hace días denunciaron a dos o tres maestros cuestionando su comportamientos irreflexivos en el Tecnológico Regional de Colima, cierto o falso lo que denunciaron, deja muy mal parado al centro superior educativo del orden federal. Pero son varios los maestros conflictivos en el estado, identificarlos bastará hacer alguna encuesta de opinión en cada escuela o salón de clases, pero lamentablemente las autoridades superiores de educación no le den la importancia debida al tema que nos ocupa hoy en este análisis, pero será para bien mencionarlo.
UN MAESTRO CON TRAUMAS Cuando estudié la Escuela Superior de Ciencias de la Educación en la Universidad de Colima, en tiempo del rector Humberto Silva y del popular Director de la ESCE, Salvador Olvera Cruz quienes contrataban a excelentes maestros especialistas nacionales, nunca se me olvidó al maestro que nos dio la materia de psicología educativa, era un gran experto que venía de la ciudad de México y tenía además despacho como psiquiatra, pidió a nuestros compañeros maestros estudiantes por lo regular de primarias, que venían de varios estados, que si alguno de nosotros los alumnos traíamos traumas o problemas mentales que nos podía ayudar gratuitamente en la capital del país.
Se le ocurrió hacer una práctica de psiquiatría en el salón de clases, dijo, deseo que algunos voluntarios pasen al frente para dormirlos para que se conviertan en buenos maestros de educación superior, pues ustedes tienen una responsabilidad muy alta ante la sociedad, pero siempre y cuando no les de pena y autoricen a que los escuchen sus compañeros en forma inconsciente, pasamos algunos al frente, a unos los durmió rápidamente y con ellos practicó, pidió a todos absoluto silencio y que nadie, nadie, podíamos comentar al salir los que expresaran dormidos, aun cuando ellos autorizaron escucharlos, advirtió que podrían revelar problemas delicados, que si nos preguntaban cuando despertaran, les informáramos que nos distrajimos cuando hablaron, y salieron varios temas emocionales fuertes, pero bastará mencionar el más relevante, de un maestro de Guerrero o Michoacán ya no recuerdo su origen.
MATÉ A MI HERMANO MENOR DIJO EL MAESTRO Nos sorprendió esa expresión, cuando le preguntó el psiquiatra al maestro dormido o inconsciente que ¿Cuál era su problema? Tuvo que practicarle la regresión cronológica para recordar su trauma, porque se resistía y contestó llorando, tengo cerca de 20 años que no veo a mis padres y no quiero verlos jamás, “Me salí del rancho como a los 8 años, de joven deseaba que se murieran mis padres porque me trataron como animal”. Relató que cuando tenía cerca de seis años se subió al camión de su papá estacionado afuera de su casa y movió la palanca de velocidades jugando, y el camión empezó avanzar matando a su hermanito menor que jugaba adelante, en reacción al ver la tragedia, la madre le quemó sus manos en la leña y su padre lo metió al agua queriéndolo ahogar en la pila, yo me quería morir, dijo llorando, que lo golpearon durante varios días y meses, atormentándolo durante uno o dos años acusándolo de la muerte de su hermanito, por eso me escape de mi rancho y me mantuve como niño viviendo en la calle en una ciudad como huérfano, hasta que trabajé y estudié de maestro, “pero yo no golpeo ni maltrato a los alumnos como mis padres lo hicieron conmigo”.
El psiquiatra le explico; “tus padres no estudiaron, y si vivías en un rancho apartado de la civilización ellos también actuaban como los animales”, -pensaban que hacían lo correcto- de castigarte, y le preguntó ¿Sabías que muchas especies de animales agresivos, como el cachorro de un león, si mata a su hermano lo matan a él o se lo comen sus padres para sobrevivir si tienen hambre?, agregó el psiquiatra, tú ya eres maestro joven y lograste educarte, desconozco si crees en Dios, debes saber perdonar para tu bien interior, estas obligado a regresar con tus padres para cerrar tu círculo antes de que fallezcan, porque no podrás cerrarlo si mueren sin abrazarlos porque te dieron la vida y también sufren tu desaparición, y se ofreció el maestro en acompañarlo a su rancho y lo exhortó así dormido a que superara su trauma, y después de que despertó quedamos muy sorprendidos y valoramos que todos, absolutamente todos los maestros y maestras traen su propia problemática mental y vivencia en sus hogares, que repercuten en sus comportamientos, al igual que los estudiantes.
NO HAY UNA DIRECCIÓN ESTATAL DE PSICOLOGÍA EDUCATIVA A pesar de la problemática estatal por el estrés escolar y la identificación de más maestros conflictivos o con problemas mentales por su irreflexivo comportamiento, conjuntamente con los múltiples problemática en los salones de clases en donde saltan también algunos alumnos desorientados, agresivos o con problemas mentales, por tal motivo urge una mejor planeación educativa, pues el Gobierno del Estado o el Gobierno Federal debería contemplar un Consultorio de Salud Mental para el sector educativo. En la mayoría de países desarrollados, en cada escuela tiene su departamento de psicología y aquí no hay ni a nivel estatal. Pero lo que es peor contratan a nuevos maestros sin realizar exámenes de salud mental, porque no hay quienes lo hagan y ahora los contratan por línea y llegan a Colima algunos “medio malitos de la cabeza” sin poder controlar ni a un grupo de alumnos.
Por último, algunos colegios de buen nivel en otros países graban las clases y así pueden identificar rápido la problemática educativa y crear un mejor ambiente, sobre todo mantienen a los maestros cumpliendo con el objetivo educativo y a los alumnos disciplinados en el aula, pero además les permite tener la evidencia de un posible maestro loco que se niega a las acusaciones o del alumno conflictivo que debería obligadamente a internarse a un tratamiento mental de conducta o bien despedirlo por el bien del avance educativo.
Cabe mencionar que Colima tienen el privilegio de tener los mejores maestros del país, aunque también lamentablemente sí hay algunos que les falla el coco, urge hacer algo, por lo pronto denunciarlos para que no dañen a tantos niños.