Era un día cualquiera en Teuchitlán, ese pintoresco rincón de Jalisco donde los paisajes son tan hermosos que hasta las tragedias parecen querer disfrazarse de encanto. Pero, oh sorpresa, lo que se iba a descubrir en este lugar no era un festival de mariachi ni una feria de la tortilla, sino un rancho crematorio clandestino que haría temblar hasta al más valiente…Y claro, en medio de esta escena dantesca, Enrique Alfaro, el ex gobernador del estado, parecía estar más ocupado buscando su próximo meme viral que prestando atención a la realidad que se desbordaba frente a sus ojos.
Imaginen la escena: un grupo de valientes madres buscadoras e investigadores, armados con palas y linternas, se adentra en el rancho como si fueran exploradores de una nueva tierra…Pero en lugar de encontrar tesoros ocultos o relicarios de civilizaciones antiguas, se topan con algo mucho más escalofriante: restos humanos cremados y un macabro muestrario de zapatos, ropa y mochilas pertenecientes a las víctimas…. Quién necesita una novela de terror cuando tienes una historia real como esta…???
Las mochilas, con sus etiquetas desgastadas y sus cierres rotos, contaban historias que nunca serían contadas. Eran las mochilas de los sueños truncos,,, de los jóvenes que alguna vez pensaron que podían salir a conquistar el mundo y terminaron convirtiéndose en cenizas. Y mientras todo esto sucedía, Enrique Alfaro seguramente estaba muy concentrado en otro tipo de «cenas» políticas…. Qué ironía…!!! El hombre encargado de velar por la seguridad y el bienestar del estado no se dio cuenta de que su territorio se había convertido en un sinónimo de horror.
El hallazgo no solo fue un golpe al corazón del pueblo jaliscienses sino también un recordatorio irónico del papel del gobierno: un actor ausente en una tragedia interminable. La indiferencia era palpable; Alfaro debía estar pensando: “Por qué preocuparse por 400 almas cuando puedo subir una foto divertida a mis redes sociales…???” Es casi como si hubiera decidido poner su atención en los “likes” en lugar de los lamentos.
Y mientras los medios comenzaban a sacar a la luz esta horrorosa realidad, la respuesta oficial fue casi mágica. Comunicado tras comunicado donde se prometía investigar y dar con los responsables, pero sin ninguna acción concreta. Bravo…!!! Jalisco se convirtió en el escenario perfecto para un juego de «escondidas», donde el gobernador parece ser el mejor jugador: siempre escondido detrás de promesas vacías.
Las calles resonaban con murmullos y preguntas sin respuesta…. Cuántas vidas más tendrían que apagarse para que alguien hiciera algo…??? Pero claro, eso es lo que pasa cuando la realidad supera la ficción; es más fácil ignorar el problema y seguir disfrutando del encanto del tequila y los mariachis.
Así fue como Teuchitlán pasó a ser conocido no solo por su belleza natural sino también por convertirse en un macabro recordatorio del desamparo y abandono al que muchos han estado sujetos. Pero no te preocupes, Enrique Alfaro seguirá haciendo lo que mejor sabe hacer: esconderse y sonreír frente a las cámaras mientras su estado arde y ardía detrás de él.
Y así concluye uno de los hallazgos más escalofriantes en la historia reciente de Jalisco. Un recordatorio persistente de que a veces la verdad es más extraña (y trágica) que la ficción. Salud por eso…!!! Y que sigue,,,??? El gobierno federal atraerá el caso y encerrara a el exgobernador Alfaro y su equipo de seguridad pública y fiscales corruptos y criminales…??? Esta historia dará mucho más ….




