Protección Civil de pueblo… Necesitamos más que una alarma.
Mayahuel Hurtado Ortiz
Un análisis serio y sin inclinación alguna sobre el tema de Protección Civil en Manzanillo y el resto de la entidad, deja al descubierto no solo la falta de capacidad de la dependencia municipal y estatal, sino algo peor, no estamos preparados para hacer frente a un desastre natural de magnitud mayor. Y en algunos casos, la falta de seriedad de los elementos de seguridad, quien de manera irresponsable generaron pánico en la población cuando “alertaron un tsunami” de acuerdo con versiones y videos que circularon en internet.
Bien sea sismo, bien sea huracán, tormenta tropical, lluvia torrencial o hasta evento volcánico, la realidad es la misma, no hay dependencia capaz de hacer frente a las necesidades de la población en situación de desastre, ya no me imagino que pasará en caso de un accidente de tipo industrial en la regasificadora, la termoeléctrica o el puerto. Manzanillo diariamente está inmerso en el mar de posibilidades de que un desastre ocurra y hay que ser realistas. ¿Cuántas veces han prometido hacer algo?
Hoy dan un paso adelante queriendo imitar a la Ciudad de México con una alarma en caso de que ocurra un sismo, sin embargo, esto es insuficiente, no es con artefactos como se subsanará la urgente necesidad de contar con un sistema de Protección Civil Estatal, y un decoroso y bien equipado Cuerpo de Bomberos, que también sea de extensión en cada uno de los municipios, además de generar por primera vez rutas claras de evacuación no solo en caso de sismos, sino de tsunamis. En pocas palabras tomar con seriedad un tema toral que garantiza la seguridad de todos.
En Colima históricamente hemos tenido una dependencia de Protección Civil con lo «apenas necesario» esto se agrava a nivel municipios, dónde en lugar de estar a la altura de los servicios de las ciudades, seguimos tristemente con procedimientos rústicos, pueblerinos, dónde se autorizan construcciones que representan una oportunidad de derrama económica y generación de empleos, pero que tal parece no invierten en la seguridad de su infraestructura y ahí están los resultados. Me queda claro que estamos en zona sísmica, por lo tanto los expertos en ingeniería y construcción son los que deben validar y realizar éstos proyectos, por que no puede ser posible que las casa del Valle de las Garzas de más de 30 años de edificación hayan mostrado más resistencia que las nuevas edificaciones modernas, que dicen “son diseñadas para soportar sismos”.
¿Los poderosos dueños ni se han pronunciado y son responsables de las tragedias ocurridas el pasado 19 de septiembre dónde dos personas perdieron la vida. Una como resultado del desprendimiento de material de la fachada de la tienda Coppel que cae al vacío con una velocidad de 9.8 metros/segundo al cuadrado, convirtiéndose en un mortal proyectil, capaz de causar daños materiales y arrebatarle la vida a una ciudadana, que se encontraba en el inseguro lugar.
El otro hecho igual de lamentable es la muerte ocurrida al empresario Rafael Canet, quien estuvo horas esperando ser rescatado de una terraza que fue acondicionada para funcionar como gimnasio y que a pesar de haber estado clausurado se reaperturó, ¿Por qué? ¿Cumplieron con las recomendaciones? ¿Quién asumirá la responsabilidad?
Pero además debemos resaltar las fallidas estrategias de rescate, la falta de equipo y adiestramiento para realizar maniobras y la cerrazón por parte de los elementos de PC y SEMAR quienes se opusieron a permitir que otros ciudadanos colaborarán en el rescate, y que apagó la vida de una persona que fue conocido por sus aportes no solo a la comunicación, además apoyó un sinnúmero de proyectos, muy especialmente Rafael Canet creía en la juventud, era un crítico severo del gobierno federal, estatal y municipal, y un promotor de la comunidad, que desde los medios fortaleció la denuncia ciudadana sin sesgos.
Así es que lejos de inventar historias, pónganse a realizar su trabajo a nivel estatal y municipal, y apliquen sanciones ejemplares a los responsables de ambas tragedias, sean funcionarios o empresarios, de lo contrario, todo quedará en una noticia, en un intento, sin que exista un cambio para bien de los colimenses, tras los fatales decesos que insisto, no debieron ocurrir.
Nadie puede estar sobre nuestros derechos, sobre todo el principal, el derecho a la vida, de ahí se eslabonan los demás, ya basta de tener servicios de quinta en uno de los puertos más importante de América Latina, el gobierno tiene responsabilidad, pero también las empresas que aquí desarrollan sus actividades, si todos aportan, estaremos entonces a la altura de las circunstancias.