La Falsa Activista: Máscara de Justicia en un Mundo de Sombras. …En el bullicioso corazón de una metrópoli, donde las calles están llenas de voces que claman por justicia y cambios sociales, surge la figura de Mariana. Abogada de profesión, costeña, ha logrado construir una imagen pública como activista y periodista comprometida con las causas sociales. Sin embargo, detrás de su carismática fachada se esconde una realidad mucho más oscura: Mariana es una falsa activista que utiliza su posición para manipular y engañar a quienes buscan un cambio genuino. Mariana se presentó por primera vez en el ojo público durante una manifestación por los derechos humanos. Con su micrófono y cámara fotográfica al hombro y un grupo de seguidores a su alrededor, habló apasionadamente sobre la injusticia que enfrentan las comunidades vulnerables. Sus discursos estaban plagados de citas elocuentes y estadísticas impactantes, lo que le valió rápidamente la atención de los medios y la admiración de muchos. La gente la veía como una líder valiente,,, ( algunos no les gustaba algo en ella) alguien que luchaba incansablemente por los derechos de los demás… Sin embargo, tras esa imagen brillante se escondían prácticas cuestionables. Aunque Mariana tenía un título en derecho, su enfoque en el activismo parecía más un medio para alcanzar reconocimiento personal que un verdadero compromiso con las causas que defendía y que escondían intereses obscuros y económicos de grupos mineros… A medida que sus seguidores crecían, también lo hacían los rumores sobre sus métodos poco éticos. Las redes sociales comenzaron a inundarse con testimonios de personas que habían sido engañadas por Mariana. Ex compañeros de universidad revelaron que nunca había mostrado interés real en el activismo durante sus años académicos incluso (ex amigos la señalaron como hipócrita y falsa pues en reuniónes privadas ella grababa la reunión y las exhibía en redes sociales llegando incluso a quitarle su teléfono celular ) su enfoque siempre había estado centrado en construir una carrera profesional exitosa. Sin embargo, al ver la oportunidad de capitalizar el creciente interés social por las injusticias, decidió reinventarse como activista. Mariana comenzó a recibir donaciones para financiar proyectos que supuestamente ayudarían a comunidades marginadas. Sin embargo, investigaciones posteriores revelaron que gran parte del dinero recaudado nunca llegó a su destino prometido. En lugar de financiar programas sociales genuinos, Mariana utilizaba esos fondos para financiar su estilo de vida lujoso: viajes a cumbres periodísticas , viajes exóticos, incluso a pagar amores jóvenes ( colageno dice ella) cenas en restaurantes exclusivos y eventos sociales donde podía seguir alimentando su imagen pública. La situación se tornó aún más turbia cuando varias personas comenzaron a cuestionar sus credenciales periodísticas. Aunque Mariana se presentaba como periodista, sus artículos estaban plagados de plagios y desinformación además de un odio irracional a verdaderos luchadores sociales y activistas reconocidos por la sociedad…En lugar de investigar y presentar hechos verificados, prefería distorsionar la verdad para encajarla en su narrativa personal. Esto no solo perjudicaba su credibilidad sino también la de aquellos verdaderos periodistas que trabajaban arduamente para informar al público. La comunidad comenzó a reaccionar ante las revelaciones. Grupos locales organizaban protestas pidiendo justicia no solo por las víctimas de las causas que Mariana pretendía defender, sino también contra ella misma por aprovecharse del sufrimiento ajeno. Las redes sociales estallaron con hashtags como #FueraMariana , exigiendo transparencia y responsabilidad. A medida que la presión aumentaba, Mariana intentó desmarcarse de las acusaciones lanzando comunicados públicos donde se hacía pasar por víctima de una campaña difamatoria orquestada por quienes no podían soportar ver a una mujer exitosa en el ámbito del activismo social…(incluidas organizaciones periodísticas internacionales de las cuales fue vergonzosamente corrida )Sin embargo, sus intentos no lograron desviar la atención del creciente número de testimonios en su contra. Finalmente, tras meses de escrutinio público y un aluvión incesante de pruebas en su contra, Mariana fue obligada a renunciar a sus actividades como activista y periodista. En un giro irónico del destino, fue llamada a declarar ante las autoridades debido a acusaciones relacionadas con malversación de fondos y fraude. El caso de Mariana sirvió como un recordatorio poderoso sobre la importancia del compromiso genuino en el activismo social. La comunidad se unió no solo para denunciar sus acciones sino también para reafirmar la necesidad de apoyar a aquellos verdaderos luchadores sociales que trabajan día tras día sin buscar reconocimiento ni recompensa personal. Con el tiempo, surgieron nuevas voces dentro del movimiento social; personas auténticas dispuestas a tomar el lugar dejado por Mariana y continuar luchando por la justicia desde lugares sinceros y comprometidos. La historia de esta falsa activista dejó claro que aunque algunas máscaras pueden parecer brillantes desde fuera, es esencial mirar más allá para descubrir la verdad detrás del rostro…

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